4.- Plagas frecuentes y tratamientos. -

El olivo es una planta muy sensible al ataque de hongos (repilo) que proliferan fácilmente cuando hay humedad y calor y que afectan a la hoja y al fruto produciendo disminución y merma de la calidad de la cosecha. Se previene con tratamientos a base de cobre, que es un importante fungicida y que se aplica al menos en primavera y otoño con caldo disuelto en agua mojando el árbol. Se aprovechan estos tratamientos para añadir abonos foliares. 

Otra de las plagas más frecuentes es el prays, un gusano que se come la aceituna cuando se está formando, es muy resistente. Los huevos los ponen las mariposas y luego cuando salen las larvas empiezan a comer el cascabillo de la aceituna. Los tratamientos están muy regulados, se ponen trampas con atrayentes de las mariposas, feromonas, y se hace un conteo periódico para determinar si procede o no el tratamiento, también se mira si los huevos son o no fértiles ya que un grado alto de calor los seca. El tratamiento se hace al principio de verano y es con venenos a base de piretrinas

con periodos de seguridad entre 30 y 45 días en el que el veneno desaparece. Hemos comprobado como la eliminación de estos venenos ha permitido el desarrollo de insectos depredadores del prays, con lo que al prescindir de su utilización –llevamos más de siete años haciéndolo- hemos fomentado la “lucha biológica” consiguiendo un beneficioso equilibrio natural.

Hay otras como la mosca –que se trata con trampas-, el arañuelo etc. que afectan también a la calidad de la cosecha.

El árbol absorbe por hoja muchos de los nutrientes que se le facilitan en los tratamientos, para ello hay que hacer en verano -época de “parada” del olivo- análisis de hoja para determinar posibles carencias nutritivas.